Héctor Trujillo, descrito por muchos como el sobrino favorito del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, reveló en una conferencia en la Universidad del Caribe que doña María Martínez, viuda del tirano, nunca le dirigió la palabra y mantuvo una marcada distancia con algunos miembros de la familia.
“Doña María jamás en la vida me habló. Viéndome en su casa, en todos lados, nunca me dijo nada. No soy quién para juzgar a nadie”, relató.
Héctor explicó que su tío tuvo que sacar del país a una de sus primas hermanas cuando tenía apenas cuatro o cinco años debido a amenazas contra su vida, siendo señalada doña María sobre esa situación.
Añadió que lo mismo ocurrió con Rafael Trujillo Lovatón, otro de sus primos.
Atribuyó la actitud de la viuda a “celos”, al señalar que “como hubo descendencia en el medio, ella no quería otra descendencia del marido… hubo ciertas fricciones”.

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Según las declaraciones de Héctor, doña María no quería saber de algunos miembros de la familia Trujillo al parecer por celos, “porque el marido se le corría con otra”, es decir, le era infiel.
Héctor relató la historia durante un conversatorio con el periodista y director del periódico Listín Diario, Miguel Franjul, donde relató los momentos que vivió con el dictador, quien lo acogió como un hijo tras la muerte de su padre, Aníbal Julio Trujillo Molina.
¿Quién se quedó con la fortuna de Trujillo?
Rafael Leónidas Trujillo Molina acumuló una gran fortuna durante su régimen en la República Dominicana, y con el pasar de años se ha hablado de que, tras su muerte, todos sus familiares salieron del país con grandes sumas de dinero.
Sin embargo, Héctor Trujillo comentó una versión muy distinta, y afirmó que solo cinco personas partieron desde el territorio nacional con el dinero de Trujillo Molina hacia el exterior: María Martínez, viuda de Trujillo, sus hijos, Ramfys, Radhames, Angelita, y Héctor Bienvenido Trujillo Molina, alias “Negro”.
Héctor aclaró que solo después de la muerte de Trujillo sus hijos pudieron sacar dinero del país, porque “él no permitía que nadie sacara un peso del país. Mi tío no aceptaba que nadie sacara dinero del país”.

Héctor Trujillo, descrito por muchos como el sobrino favorito del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina,.
En febrero de 1961, tres meses antes de su muerte, Leonidas Trujillo le ordenó a su secretario particular, Tirso Rivera que buscara ocho propiedades comerciales y las registrara a nombre de él (Héctor B. Trujillo) y sus dos hermanos.
“Esas ocho propiedades devengaban RD$4,500 al mes, dividido entre tres nos tocaba a 1,500 pesos a cada uno, mis hermanos y a mí. Y las escrituras, al igual que la casa de nosotros decían: invendible, inhipotecable… nos las embargaron, nos la quitaron”, dijo Héctor Trujillo.
El panelista comenta que las órdenes que su tío Trujillo dio a Tirso Rivera es que, en febrero de 1962, cuando Héctor cumpliera 16 años de edad, dividiera lo que se había recaudado entre él y sus hermanos, y empezara a darles esa mensualidad.
No obstante, al Trujillo ser asesinado, en julio de 1961, Rivera contactó a la madre de Héctor, Lidia, y le contó que tenía guardado 28,000 pesos de las propiedades que Trujillo había puesto a nombre de sus hijos.
“Fue el único dinero con el que nosotros salimos de este país”, dijo Héctor, al precisar que sólo se llevaron RD$28,000.