Ni la inflación ni los cambios de gobierno han frenado el interés de los argentinos por Punta Cana y otros destinos dominicanos, impulsado por una oferta turística atractiva y mayor conectividad aérea.
El turismo argentino hacia la República Dominicana vive un auge sin precedentes. Según cifras del Banco Central, en 2024 llegaron al país 281,812 visitantes desde Argentina, un crecimiento del 33 % respecto a 2023 (211,528 turistas).
Esta tendencia consolida a Argentina como uno de los mercados emisores más importantes del Cono Sur para el turismo dominicano.
Entre enero y abril de 2025 más de 163,000 argentinos visitaron Dominicana.
Este incremento sostenido se produce en un contexto económico complejo para Argentina, marcado por crisis cíclicas, devaluaciones, inflación y cambios de gobierno. A pesar de ello, el flujo turístico no solo se ha mantenido, sino que ha crecido de forma significativa, especialmente en la última década.
La reciente decisión del Gobierno argentino de permitir el ingreso de ciudadanos dominicanos con visa estadounidense —sin necesidad de visa consular— también evidencia un fortalecimiento del vínculo bilateral.
La medida se adoptó bajo el principio de reciprocidad y en reconocimiento a los controles migratorios previos aplicados por EE. UU., lo cual facilita un mayor intercambio entre ambos países.
Auge pese inestabilidad
Las estadísticas reflejan la resiliencia del turismo emisor argentino hacia la República Dominicana. Entre 2014 y 2016 —años de alta inflación y restricciones cambiarias— las llegadas pasaron de 112,489 a 137,642. De 2017 a 2019, superaron los 180 mil visitantes anuales.
Aunque la pandemia de 2020 y 2021 provocó una caída abrupta, la recuperación ha sido rápida y contundente: en 2022 llegaron 188,837 argentinos, en 2023 fueron 211,528 y en 2024 se superaron los 280 mil.
Estos datos confirman que, incluso frente a la inestabilidad económica interna, los argentinos mantienen a esta nación como destino preferido. Factores como el control del tipo de cambio, los límites a la compra de divisas o la incertidumbre política no han mermado el deseo de vacacionar en el Caribe dominicano.
Punta Cana, la estrella
El principal imán ha sido Punta Cana. Sus playas, el sistema de "todo incluido" y la calidad de los servicios han convertido este enclave en un "refugio vacacional" para los argentinos.
A esto se suma una oferta hotelera consolidada con importantes cadenas internacionales, bien posicionadas en el mercado argentino gracias a campañas, agencias y ferias turísticas.
Aunque Punta Cana concentra la mayor parte de los visitantes, en los últimos años ha crecido el interés por otros destinos como Samaná, Bayahíbe, La Romana y Miches, lo que diversifica la oferta y reduce la saturación estacional.
Más vuelos y turismo
El aumento de las llegadas también está ligado al fortalecimiento de la conectividad aérea. Aerolíneas Argentinas lidera las operaciones con seis vuelos semanales directos entre Buenos Aires y Punta Cana, y ha ampliado su red con nuevas rutas desde Córdoba, Rosario y Tucumán.
Arajet, aerolínea dominicana de bajo costo, también ofrece vuelos directos desde Buenos Aires (siete semanales) y desde Córdoba a partir de noviembre de 2025.
A ello se suman conexiones con escalas a través de Avianca y Copa Airlines, vía Bogotá o Panamá, especialmente entre Santo Domingo y Buenos Aires. Esta oferta diversificada de vuelos ha sido clave para mantener la accesibilidad al destino, incluso para viajeros del interior argentino.
Vínculo que va más allá
El interés argentino por la República Dominicana no se limita al turismo. En los últimos años ha aumentado la cantidad de ciudadanos de ese país suramerican que eligen al país como lugar de residencia temporal, ya sea por motivos laborales, académicos o de inversión.
En zonas como Bávaro-Punta Cana se ha formado una comunidad argentina activa, con presencia en la gastronomía, el comercio, el deporte y eventos culturales.
Turista de alto impacto
Otro rasgo del visitante argentino es su tiempo de estadía, que ronda entre 7 y 10 días. Esto implica un gasto medio-alto en alojamiento, gastronomía y actividades recreativas, lo cual lo convierte en un turista estratégico para la economía local.
El Ministerio de Turismo ha identificado este perfil y ha reforzado su presencia promocional en ciudades argentinas como Buenos Aires, Córdoba y Rosario.
Además, el turista argentino valora la estabilidad, la hospitalidad y la relación calidad-precio que ofrece Dominicana frente a otros destinos del Caribe como México o Brasil.