Antes de formarse como un catastrófico huracán categoría 5, cuando salió de las aguas de África como una onda tropical, los expertos ya sabían que Melissa se desarrollaría como un ciclón tropical en su ruta hacia el Caribe.
La razón fundamental por la que el fenómeno meteorológico tomó tanta fuerza y se desarrolló a su máximo nivel, con vientos sostenidos de 280 kilómetros por hora (km/h), se debió a las altas temperaturas del mar en la región.
La directora del Instituto Nacional de Meteorología (Indomet), Gloria Ceballos, definió al mar Caribe como «una olla de presión» que favoreció a Melissa. «Por encima de 30 grados centígrados. Eso es una temperatura extraordinadia; muy caliente para estos meses», dijo.
Durante el acostumbrado encuentro del presidente Luis Abinader con la prensa, en el Palacio Nacional, Ceballos recordó, sin embargo, que los expertos no se ponían de acuerdo respecto a la trayectoria exacta del fenómeno. «Fue un tormento, más que una tormenta», bromeó la directora.

«Muchos de esos modelos la pasaban sobre Haití, de sur a norte, pero nosotros, que tenemos tanta experiencia en el manejo de estos fenómenos, identificamos de que la mayor carga de lluvia estaba al este del sistema, aun pasandos sobre Hatití», dijo la experta respecto a los acumulados de lluvias que dejaría Melissa en territorio dominicano.
Ceballos indicó que Melissa se desplazó tan lento antes de acercarse a Jamaica, que llegó un momento que estuvo estacionada al sur de República Dominicana, «a cero kilómetros por hora».
«Algunas personas comenzaron a escribirme si se devolvió. No. Es que hay inestabilidad atmosférica y esos campos nubosos que arrastra la circulación de ese catastrófico huracán sigue llando hasta el litoral sur nuestro», explicó.
 
  
 
































































 
 
 
 






