Cuatro panelistas que participaron ayer en un foro organizado por Newlink coincidieron en afirmar que a la República Dominicana se le abren grandes oportunidades para beneficiarse del desvío de inversiones y comercio que están provocando los aranceles disruptivos aplicados por la administración de Donald Trump.
Señalaron que, para aprovechar esas oportunidades, el país debe invertir agresivamente en la formación de talentos, en una digitalización más acelerada de las empresas y en una transformación del gasto público, haciendo énfasis en la inversión en infraestructura.
Los economistas Raúl Ovalle, Ellen Pérez Ducy, María Eugenia del Castillo y Luis Roberto Despradel ofrecieron estos detalles al participar en el evento “Del análisis a la acción: Perspectivas económicas sostenibles”, realizado ayer por Newlink.
Ovalle resaltó que el Observatorio de Complejidad Económica del MIT calcula que el país podría recibir cerca de 1,500 millones de dólares en inversiones en los próximos 18 meses, solo por el desvío de comercio que genera la nueva tasa arancelaria global.
Afirmó que existe una gran oportunidad y que la pregunta es cómo las autoridades van a alinear sus estrategias a corto y mediano plazo para aprovechar el mercado estadounidense. También indicó que el sector privado puede contribuir con planes de atracción de inversiones mediante misiones comerciales a otros países, entre otras iniciativas.
El economista advirtió que el país no puede seguir con niveles de inversión pública tan reducidos, actualmente en mínimos históricos. “Todo eso conecta con una clave breve, que es nuestro PIB potencial, nuestro crecimiento potencial, que puede disminuir. Pero si la inversión pública se alinea con una misión de desarrollo, para aprovechar ese mercado estadounidense mediante carreteras, mejoras en puertos y todos los elementos logísticos que ello conlleva, sin duda creo que la República Dominicana seguirá siendo el faro de luz en la economía regional que ha sido durante años”, expresó.
Pérez Ducy indicó que el país debe realizar más investigaciones sobre cómo la dinámica entre Estados Unidos y China afecta y beneficia a los negocios locales y a los consumidores, ya que es necesario evaluar a fondo la estructura de precios y márgenes a nivel global. Señaló que la República Dominicana debe revisar su estructura productiva, el almacenamiento, el transporte y todo aquello que pueda mejorar la eficiencia y reducir costos, así como identificar nuevos mercados y oportunidades. Expuso que es importante evaluar cuáles sectores pueden crecer a futuro y si requieren diversificarse o complementarse.
Agregó que es necesaria una reforma fiscal, pero considerando la revisión del gasto y procurando que sea favorable para las empresas, sin que esto signifique un Estado reducido, ya que tiene funciones muy importantes que debe cumplir correctamente. “No se refiere al amiguismo, todo lo contrario, se trata de la institucionalidad a favor de la competitividad”, expresó.
Por su parte, Del Castillo señaló que solo un 10% de los dominicanos utiliza la tecnología de manera intensiva en sus trabajos y que únicamente siete de cada 10 pymes en el país la incorporan a sus operaciones. Además, un 40% de los gerentes generales en el país tiene dificultad para encontrar talento humano calificado. Expuso que el sector privado no solo puede ser una guía, sino también una brújula para que el país cree planes que le permitan aprovechar las oportunidades actuales.
Mientras, Despradel destacó que el uso integral de la tecnología y el análisis de datos es esencial para que las empresas anticipen y enfrenten los “choques” en la oferta, la demanda o la competencia, permitiendo reaccionar rápidamente. Asimismo, resaltó que conocer al consumidor requiere estudios de mercado, encuestas y una infraestructura de datos que identifique sus motivaciones y problemas, mientras que, del lado de la oferta, factores como los aranceles y la estabilidad de los proveedores obligan a evaluar no solo precios, sino también relaciones confiables a largo plazo.
En el ámbito competitivo, explicó que la inteligencia artificial ha reducido las barreras de entrada, acortando el tiempo entre tener una idea y ejecutarla, lo que incrementa la presión innovadora. Añadió que cada empresa debe vigilar sus indicadores internos para detectar fugas, entender la pérdida de clientes y mantener un monitoreo constante que combine la visión macro con la micro, asegurando una respuesta ágil y basada en datos ante la incertidumbre.