Los descubrimientos relacionados con "la tolerancia inmunológica periférica" realizados por tres científicos han justificado hoy la concesión del Premio Nobel de Medicina o Fisiología, pero ¿qué es? Es un mecanismo del sistema inmunológico que evita que el cuerpo ataque a sus propios tejidos.
¿Qué es el sistema inmunológico?
Tu cuerpo tiene un sistema de defensa llamado sistema inmunológico. Su tarea es reconocer lo que te hace daño (virus, bacterias, células enfermas) y eliminarlo. Pero para que no destruya también tus propios tejidos, debe distinguir entre lo que es "tuyo" y lo que no lo es.
Tolerancia central: el primer filtro
Cuando los glóbulos blancos llamados linfocitos se están formando, pasan por un "entrenamiento" en órganos especiales (como el timo o la médula ósea). Allí se elimina una parte de los linfocitos que reconocerían como "enemigos" a tus propios órganos. A ese filtro se le llama tolerancia central.
Pero ese sistema no es perfecto. Algunos linfocitos "equivocados" pueden escapar sin ser eliminados.
¿Para qué sirve la tolerancia periférica?
La tolerancia periférica es como un segundo sistema de control que opera fuera de esos órganos centrales. Su función es vigilar que esos linfocitos "equivocados" que escaparon no dañen el cuerpo.
Piensa que la tolerancia central es como vigilar a todos los estudiantes antes de entrar a la escuela. Pero si uno logra entrar con algo inapropiado, la tolerancia periférica es como los profesores y guardias dentro de la escuela que vigilan que no se use algo peligroso.
Qué descubrieron los ganadores del Nobel
Los científicos Mary Brunkow, Fred Ramsdell y Shimon Sakaguchi hicieron un avance clave: identificaron células especiales llamadas células T regulatorias (o "Tregs") que actúan como "guardianes" dentro de la tolerancia periférica.
Estas células reguladoras tienen un gen muy importante llamado FOXP3. Si ese gen falla, las células T reguladoras no funcionan bien, y entonces el cuerpo podría atacar sus propios órganos, provocando lo que se conoce como enfermedades autoinmunes.
Shimon Sakaguchi descubrió en 1995 que, además del filtro central, existe esta vigilancia periférica gracias a esas células T reguladoras.
Luego, Brunkow y Ramsdell, en 2001, identificaron que las mutaciones en el gen FOXP3 produjeron problemas en unos ratones (llamados "scurfy mice"), y que esas mutaciones eran similares a las que causan enfermedades autoinmunes en humanos.
Así, los tres científicos mostraron cómo funciona ese sistema de control y por qué es tan crucial para mantener el cuerpo saludable sin que ataque sus propios órganos.
Por qué es importante
Si entendemos bien la tolerancia periférica y las células T reguladoras, podemos diseñar tratamientos para enfermedades autoinmunes (cuando el sistema inmunológico ataca partes de tu cuerpo por error).
También puede ayudar a que los trasplantes (órganos donados) sean más exitosos, evitando que el sistema inmunológico rechace el órgano.
En algunos casos de cáncer, los tumores "conquistan" esas células reguladoras para evitar que el sistema inmunológico los ataque. Si se controla ese proceso, podría mejorar también los tratamientos oncológicos.