Reinserción social, esto espera la sociedad dominicana que los presos puedan lograr tras ser sometidos al cumplimiento de una condena en un centro penitenciario por haber cometido una infracción penal o un crimen.
Sin embargo, la reincidencia delictiva que continúa registrando el sistema de justicia del país, según fuentes oficiales, evidencia cómo esa meta aún está pendiente de ser alcanzada en su totalidad.
La Dirección General de Servicios Correccionales y Penitenciarios (DGSCP) tiene la esperanza de que el sistema del “nuevo modelo” implementado en la recién instaurada cárcel Las Parras pueda reformar las actuaciones de sus reos. Este domingo, el primer grupo tiene un mes y dos días, luego de que fuese enviado desde el recinto La Victoria.
Cuando las manecillas del reloj indican que son las 6:00 de la mañana, los privados de libertad en ese recinto penitenciario son obligados a iniciar el día, encargándose de su propio aseo personal y la limpieza de sus celdas.
Una hora después, deben presentarse ante los agentes de Vigilancia y Tratamiento Penitenciario (VTP), quienes certifican que las instrucciones antes mencionadas fueron acatadas.
Utilizando el uniforme azul que refleja su estado judicial de condenados y caminando de manera coordinada en una fila con las dos manos detrás de la espalda, los reos son trasladados hasta un salón en el cual reciben la primera comida del día.
Preparados para ir a comer.Raúl Asensio
Así si lo pudieron observar reporteros del Listín Diario mientras realizaban el pasado viernes un recorrido en el interior de esa cárcel. Los más de 600 presos deben desarrollar a las 9:00 de la mañana actividades educativas, recreativas, productivas o religiosas.
Desde un partido de baloncesto, hasta competencias internas informales de dominó en el patio, este fue el escenario visto por los reporteros, momentos antes de que los reos fuesen regresados a los aposentos. Además, tienen la disponibilidad de visualizar los canales nacionales que tiene la televisión del país.
Un grupo de presos disputan un partido de basquetbol.Raúl Asensio
“El grupo que barre y limpia tiene el derecho de decidir qué se pone en la televisión…”, decía con una sonrisa uno de los reos que veía caricaturas. Justo al lado se encontraban dos jóvenes que, de manera voluntaria, ayudaban a lavar la ropa de sus compañeros.
“Yo siempre vengo y estoy durante dos horas aquí lavando la ropa sucia que haya. A mí me gusta hacerlo para distraer la mente y ayudar a mis compañeros porque la lavadora está en inglés, es muy avanzada, los demás no saben cómo usarla”, explicó el joven de 27 años, a quien solo le resta un año de prisión para ser declarado en libertad, luego de que fuese condenado a 8 años de prisión por asalto.
Según explicaron las autoridades, esto es parte esencial del proceso de transformación al que están sometidos los reos. De no hacerlo, recibirían algunas restricciones con el objetivo de motivarlos, siendo una de estas la prohibición temporal de la comunicación con la familia.
En cada piso de los bloques, el cual tiene alrededor de 12 celdas, es entregado por los miembros del VTP un teléfono análogo tradicional que no dispone de ningún tipo de tecnología, a través del cual los privados de libertad pueden realizar varias llamadas al día a sus seres queridos. Pero, cuando tienen un mal comportamiento o no obedecen a las ordenanzas del personal de seguridad, este mecanismo es suspendido.
Esta agenda se repite hasta minutos antes de las 10:00 de la noche, cuando las autoridades anuncian que el día ha finalizado: “apagado de luces y desconexión de sonido”.
Relaciones sexuales
El momento de recreación más esperado es cuando tienen la oportunidad de recibir visitas conyugales. Precisamente, la alegría entre los privados de libertad fue notoria, ya que esta semana fue habilitada la edificación donde podrán recibir a sus parejas. “Tenía un mes y medio sin ver a mi pareja, ese mismo tiempo tenía sin poder interactuar físicamente con ella”, dijo un hombre que prefirió no exponer su identidad.
Las Parras, situada en San Antonio de Guerra en la provincia Santo Domingo, pudiera encontrarse alejado para las esposas y novias de los reos; además, el encuentro entre el reo y su esposa o novia solo tiene una duración de dos horas; sin embargo, nada de esto ha sido un impedimento para ese esperado viaje. “Gracias a Dios que ya me permitirán verla, mi esposa viene desde La Romana”, dijo.
No obstante, ambos deben superar un chequeo psicológico, psiquiátrico, superar las pruebas para detectar patologías de transmisión sexual y que su expediente sea aprobado por las autoridades del centro penitenciario, antes de poder participar en los encuentros sexuales.
“Los reos solo pueden tener una sola pareja, siempre debe ser la misma”, aclaró el equipo de VTP.
