Cada cuarto jueves de noviembre, millones de familias en los Estados Unidos se reúnen para celebrar el Día de Acción de Gracias, una tradición profundamente arraigada que trasciende generaciones.
Más que una comida abundante, este día simboliza la gratitud, el sentido de comunidad y el reconocimiento de los desafíos superados. Pero detrás del pavo, el pastel de calabaza y los desfiles, yace una historia interesante.
A continuación, exploraremos los orígenes históricos y el significado cultural de una de las celebraciones más emblemáticas de Estados Unidos, que en 2024 vuelve a invitarnos a reflexionar sobre el valor de dar gracias.
Cuál es el origen del Día de Acción de Gracias
La festividad tradicional que se remonta a los primeros días de los colonos europeos en América del Norte. En septiembre de 1620, un grupo de aproximadamente 100 personas, conocidos como los peregrinos, abordaron el Mayflower para buscar un nuevo comienzo.
Su objetivo principal era escapar de las restricciones religiosas que enfrentaban en Inglaterra y practicar su fe en libertad. Tras un difícil viaje de dos meses a través del Atlántico, llegaron a Cape Cod, en la actual Massachusetts, en noviembre de ese año.
Inicialmente, los peregrinos exploraron la zona de Provincetown, pero pronto descubrieron que las condiciones eran demasiado complicadas para establecerse allí. Finalmente, decidieron instalarse en un lugar cercano llamado Plymouth, donde comenzaron a construir su nuevo hogar.
Sin embargo, el primer invierno en Nueva Inglaterra fue devastador. Las bajas temperaturas, las enfermedades y la falta de alimentos cobraron la vida de casi la mitad de los colonos en los primeros meses.
De los aproximadamente 100 pasajeros que llegaron en el Mayflower, solo unos 50 sobrevivieron al duro clima.
A pesar de las dificultades, los peregrinos lograron superar parte de sus problemas gracias al apoyo de los Wampanoag, una comunidad indígena que habitaba la región. Los Wampanoag, liderados por el jefe Massasoit, ofrecieron a los colonos conocimientos esenciales para sobrevivir en su nuevo entorno.
Les enseñaron a cultivar maíz, pescar y cazar en las tierras que ahora habitaban. Este intercambio entre los peregrinos y los lugareños marcó el inicio de una relación que, aunque compleja y con tensiones en el futuro, permitió que los recién llegados se adaptaran al territorio.
Con la llegada del otoño de 1621, los colonos habían logrado cosechar suficientes alimentos para enfrentar el próximo invierno.
En agradecimiento por su primera cosecha exitosa, los peregrinos organizaron una celebración que duró tres días. Este festín se realizó en honor a su supervivencia, la generosidad de los Wampanoag y los frutos de su trabajo colectivo.
Aunque en ese momento no se le llamó “Día de Acción de Gracias”, este evento se reconoce ampliamente como el origen de la festividad que más tarde sería establecida como una tradición nacional.
El Congreso estableció el cuarto jueves de noviembre como fecha oficial del Día de Acción de Gracias en 1941.
Qué significa Thanksgiving
El acto de dar gracias está en el corazón de esta festividad y representa una práctica que trasciende culturas, religiones y épocas.
En el contexto del Thanksgiving, esta tradición se originó con los peregrinos del siglo XVII, quienes, tras un año marcado por dificultades extremas, celebraron la supervivencia, la ayuda recibida de los Wampanoag y los frutos de una cosecha exitosa.
Para ellos, dar gracias no solo era un gesto de cortesía, sino una expresión profundamente espiritual, enraizada en su fe cristiana.
Los peregrinos practicaban el agradecimiento como parte de su vida cotidiana, ya sea al recibir una comida, superar adversidades o experimentar la bondad de los demás.
Con el tiempo, el significado de dar gracias en este día se expandió, convirtiéndose en una tradición cultural que fomenta la reflexión sobre las bendiciones personales y colectivas.
Para muchas familias hoy, dar gracias implica valorar los logros, la salud, los seres queridos y las oportunidades.
También puede ser una oportunidad para reconocer los sacrificios de otros, especialmente de quienes abrieron caminos o extendieron ayuda en momentos cruciales.
