Dos satélites idénticos de la NASA se preparan para una misión histórica a Marte con el objetivo de esclarecer cómo el planeta perdió su atmósfera y, con ella, el agua líquida que alguna vez cubrió su superficie.
La misión ESCAPADE —Escape and Plasma Acceleration and Dynamics Explorers— tiene programado su lanzamiento para no antes del domingo 9 de noviembre desde Cabo Cañaveral, Florida, y representa la primera ocasión en la que la agencia espacial estadounidense envía dos sondas gemelas a otro planeta.
Según Space.com, el objetivo es ofrecer una visión tridimensional de la interacción entre el viento solar y la atmósfera marciana, un paso fundamental para comprender la transformación de Marte de un mundo potencialmente habitable a un desierto helado.
El propósito central de ESCAPADE es explicar el proceso mediante el cual el viento solar despojó a Marte de su aire durante miles de millones de años.
Robert Lillis, investigador principal de la misión y director asociado de ciencias planetarias en la Universidad de California, Berkeley, afirmó a Space.com: “Comprender cómo el viento solar impulsa los distintos tipos de escape atmosférico es una pieza fundamental del rompecabezas de la evolución climática de Marte”.
Lillis enfatizó que ESCAPADE permitirá una “perspectiva estereoscópica”, gracias a observaciones simultáneas desde dos ubicaciones distintas, algo sin precedentes hasta ahora.
Instrumentos e innovaciones en la misión ESCAPADE
Cada satélite —Blue y Gold— tiene el tamaño de una fotocopiadora y está equipado con instrumentos científicos idénticos. Entre ellos destacan analizadores electrostáticos desarrollados en la Universidad de California, Berkeley, capaces de identificar partículas cargadas que escapan de la atmósfera marciana y de medir su dirección y energía para determinar si retornan al planeta o si el viento solar las arrastra al espacio.
Un magnetómetro del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA evaluará la intensidad y orientación de los campos magnéticos, mientras que sensores de plasma de la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle analizarán las propiedades del plasma.
Además, cámaras construidas por estudiantes de la Universidad del Norte de Arizona capturarán imágenes del planeta y podrían registrar las auroras verdes del planeta, según informó Space.com.
La importancia de esta misión radica en su capacidad para superar las limitaciones de investigaciones anteriores. Durante décadas, sondas como Mars Global Surveyor, MAVEN y Emirates Mars Mission Hope estudiaron la atmósfera marciana, pero siempre con una sola nave en órbita, lo que restringía las observaciones a una región por vez y con diferencias horarias importantes.
ESCAPADE, en cambio, permitirá monitorizar variaciones en regiones separadas por hasta 160 kilómetros, con intervalos de apenas dos a 30 minutos entre mediciones. Lillis subrayó a Space.com que esta capacidad hará posible “realizar mediciones nunca antes posibles y caracterizar un sistema muy dinámico de una manera completamente nueva”.
El pasado atmosférico y la ruta hacia Marte
Evidencias geológicas, como antiguos valles fluviales y minerales formados en presencia de agua, indican que Marte tuvo en el pasado una atmósfera densa y agua líquida. Hace cerca de cuatro mil millones de años, el planeta perdió su campo magnético global, el escudo invisible que protege a los mundos de la radiación solar.
Sin esa defensa, el viento solar erosionó la atmósfera hasta dejarla en menos del 1% de la densidad de la terrestre. Aunque Marte mantiene burbujas magnéticas localizadas en su corteza, la falta de un campo global fue decisiva en su evolución climática.
ESCAPADE también se distingue por la innovación en su ruta hacia Marte. En lugar de viajar directamente, las sondas primero se dirigirán a un punto de Lagrange, una zona de equilibrio gravitacional entre la Tierra y el Sol, donde permanecerán cerca de un año antes de impulsarse hacia Marte en 2026.
Esta trayectoria, si bien más larga, podría reducir la dependencia de las ventanas de lanzamiento que solo se abren cada dos años, facilitando futuras misiones. Una vez en Marte, previsto para septiembre de 2027, los satélites dedicarán unos siete meses a ajustar sus órbitas antes de volar en formación y acercarse hasta 160 kilómetros de la superficie.
Operarán juntos durante seis meses y luego se separarán para construir un mapa tridimensional del flujo de energía y materia entre Marte y el viento solar.
Nuevas perspectivas para la exploración humana
Los resultados de ESCAPADE serán clave en la exploración humana de Marte. Comprender cómo la radiación solar interactúa con la ionosfera marciana resulta esencial para diseñar sistemas de comunicación y navegación, ya que las ondas de radio pueden reflejarse en esta región y viajar más allá del horizonte.
Además, los datos podrían revelar posibles depósitos de agua líquida bajo la superficie, una cuestión decisiva para la búsqueda de vida y futuras misiones tripuladas.
Pese a los desafíos que implica establecer una presencia humana en Marte, la comunidad científica mantiene su impulso y capacidad de adaptación, factores que siguen empujando la exploración del planeta rojo y abriendo nuevas oportunidades en la ciencia planetaria.
