Las playas paradisíacas de República Dominicana, albergan la tortuga tinglar, de nombre científico Dermochelys coriacea, la más grande de su especie marina y en la actualidad se encuentra en peligro de extinción.
Esta tortuga tiene un peso promedio entre 250 y 700 kilogramos, con una longitud que podría alcanzar entre 1.5 y 2.2 metros. Suele poner 80 y 100 huevos por nido. Esta especie cuenta con un cuerpo de caparazón distinto al de otras tortugas marinas, ya que no es duro, sino que está formado por placas óseas cubiertas por una piel gruesa y coriácea, similar al cuero, con siete crestas o quillas longitudinales.
Según el biólogo marino Omar Reynoso, las tortugas tinglares controlan las poblaciones de medusas, que son su principal alimento, especialmente del género Aurelia y Cyanea. Sus nidos aportan nutrientes a las playas, beneficiando la vegetación costera; además de mantener el equilibrio en la cadena alimentaria marina, contribuyen a la salud general de los océanos.
Las tortugas tinglares pueden recorrer más de 16,000 kilómetros al año durante sus migraciones oceánicas. Estas migraciones van desde zonas de alimentación en aguas gélidas hasta playas tropicales donde anidan.
Entre los motivos por los que esta especie se encuentra en peligro de extinción, Reynoso destaca la destrucción de las playas de anidación; la contaminación marina con plásticos, la contaminación lumínica; la ingesta de desechos que confunden con medusas (esto les provoca obstrucción intestinal y posteriormente la muerte); la captura incidental en redes de pesca y el saqueo de sus huevos.
También, la fragmentación del hábitat donde anidan y el cambio climático, que afecta la temperatura de la arena de la que depende el sexo de las crías.
El biólogo marino precisó que los estudios realizados a esta especie señalan que, en la población del Atlántico, la edad estimada de su madurez sexual es aproximadamente entre los 16 y 29 años.
Anidación e incubación de los nidos
El periodo de incubación de las tortugas tinglar se estima en un rango aproximado entre los 60 y 70 días, dependiendo si el nido pasa largas jornadas en sombra por una vegetación o infraestructuras.
Las temperaturas más bajas en la arena tienden a producir machos, mientras que temperaturas más altas producen hembras. Este fenómeno se conoce como determinación sexual dependiente de la temperatura.
En República Dominicana, las tortugas tinglar anidan en las playas de Estero Hondo, Bonita, Sosúa, El Valle, Miches, Limón, Rincón, Frontón, Esmeralda, Vacama, Uvero Alto, Yayales, Boba, Cayena, Gran Estero, Derrumbao, Manresa y San Soucí. Bahía de las Águilas y Mosquea están catalogadas como las principales áreas de anidación.
Las temperaturas más bajas en la arena tienden a producir machos, mientras que temperaturas más altas producen hembras.Fuente externa
Estas tortugas llegan a estas playas en búsqueda de un nido seguro para sus huevos y es cuando inicia su fase de anidación, explorando un espacio, colocando los huevos y camuflando los nidos; la hembra cubre el nido con arena y, utilizando sus aletas, lo oculta de los depredadores.
Luego del proceso de cubrir sus huevos, la hembra inicia la fase de regresar al mar, dejando atrás el nido. Puede anidar entre 3 y 7 veces en una temporada, con un intervalo de aproximadamente 9 a 10 días entre cada anidación.
Hasta el 25 de mayo de 2025, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales registró 200 nidos de la especie tinglar que se encontraban en las playas de anidamiento.
Programas de educación sobre las tortugas
El viceministro de Recursos Costeros y Marinos, José Ramón Reyes, dijo que la entidad cuenta con colaboradores que aportan a la conservación de la especie, que van desde empresas hoteleras hasta instituciones que se encargan de salvaguardar las especies en peligro de extinción que se encuentran en el país.
Con la ayuda de estas empresas, el ministerio fortalece su campaña de concientización a diferentes zonas del país con la ayuda de charlas a los pescadores, niños y jóvenes para la protección de la especie marina.
“Debemos llevar a esas comunidades donde anida esta especie más conciencia en educación, se debe invertir más, y esto es un tema que yo siempre he dicho que ahí deben trabajar las instituciones del gobierno de la mano. El Ministerio de Educación, el Consejo Dominicano de Pesca y Acuicultura (Codopesca), nosotros y otras instituciones”, mencionó Reyes durante una entrevista a este medio.
Mecanismos de rastreo de las tortugas
Para el Ministerio de Medio Ambiente rastrear las tortugas marina, llevar el conteo de estas y conocer las temporadas de anidamiento en las playas del país, utilizan rastreadores, placas y un sistema de medición de distancias alcanzadas.
El asesor del viceministerio de Recursos Costeros y Marinos, Bienvenido Marchena, explicó que una de sus técnicas de rastreo es la telemetría, un sistema de medición que se coloca en el caparazón de las tortugas marinas para monitorear la ruta migratoria, temporada de reproducción y verificar la distancia que recorren.
También se utiliza el sistema Argos, un sistema satelital que se le implanta a la tortuga a nivel global para determinar los lugares donde emigra; se mide la ruta y se ha determinado que la tortuga se dirige a las mismas playas de anidamiento.
“Utilizamos un método mecánico, que es una plaquita que se le pone en las aletas con una codificación para nosotros marcarla”, destacó Marchena.
Según especificó, la institución se apoya de una red nacional de tortugas marinas a la cual se unieron; esta consiste en abarcar todo el municipio de Miches, en El Seibo, con la finalidad de que la propuesta se extienda a toda la isla.
Cambio de luces en las playas y zonas costeras
El Ministerio de Medio Ambiente lanzó una propuesta para el cambio de luminarias en las playas y áreas costeras para evitar que las tortugas confundan las luces intensas con la luna y lleguen a las calles o carreteras, donde mueren.
Este proyecto fue acogido por los hoteles del país, iniciándose el cambio de luminarias en varias zonas del Malecón de Santo Domingo y en la playa de Güibia. Las luces recomendadas son de baja intensidad (ámbar, naranja y roja), para que las tortugas no se confundan y puedan llegar al mar con cautela y seguridad.
Leyes que protegen las tortugas marinas
Las tortugas marinas están protegidas por la legislación nacional. El Decreto 285-23 prohíbe la captura, matanza, recolección de huevos y comercialización de tortugas marinas por un periodo de 10 años de las especies como tortuga verde (Chelonya midas), carey (Eretmochelys imbricatta) y tinglar (Dermochelys coriácea).
Además, la Ley 64-00 sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales establece las normas para la conservación, protección y uso sostenible del medio ambiente y los recursos naturales. En su artículo 37 permite la creación de áreas de protección especial para especies vulnerables o en peligro de extinción, como las tortugas marinas.
La Ley 333-15 sobre Biodiversidad contempla un punto más fijo que la anterior en el mantenimiento y la recuperación de la biodiversidad, buscando el equilibrio y la resiliencia de los ecosistemas nacionales.
Las playas de la isla caribeña siempre se han prestado para que las tortugas marinas habiten en ellas, tal como relata el mito taíno Deminán Caracaracol y Bayamanaco. Recientemente, se conoce en la literatura la primera evidencia documentada de anidación (Ottenwalder, Museo Nacional de Historia Natural). Esto se contempló entre el 30 de agosto y el 1 de septiembre de 1976, en playas al sureste de Oviedo, en la provincia de Pedernales.
Comercialización de la carne de tortuga tinglar
Aunque esta especie de tortuga marina se encuentra en peligro de extinción, se han registrado casos de comercialización de su carne en el país.
El biólogo marino, Omar Reynoso, informó que esta carne podría resultar incómoda para el paladar humano debido a su sensación musculosa al masticar.
A mediados de marzo del año 2025, el Consejo Dominicano de Pesca y Acuicultura (Codopesca) realizó un decomiso significativo de 259 libras de tortuga tinglar. Esta incautación tuvo lugar en una empresa de exportación de productos pesqueros, donde la especie se encontraba procesada en porciones y lista para ser empacada al vacío; estaba siendo comercializada de manera ilegal como tilapia y bacalao seco salado.
Un caso de robo de huevos de esta especie ocurrió en la playa La Vacama en junio del 2020. En esta zona, al menos dos personas fueron apresadas durante las primeras semanas de junio por el saqueo de nidos de tortuga tinglar, en el pico de anidamiento en la región de esta especie. Mientras, también se reportaba el descuartizamiento de tortugas y el saqueo de huevos en Macao, provincia La Altagracia.
También se reportó una tortuga descuartizada a machetazos por desconocidos en Miches, sin que se haya logrado identificar a los responsables.
Las luchas por salvaguardar esta especie han sido un reto para el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, así como para el Consejo Dominicano de Pesca y Acuicultura, que persiguen el bienestar de las tortugas, en especial a las que desaparecen silenciosamente a manos de los ciudadanos.
Recientemente, el ministerio sometió el caso de una pescadería que se encontraba comercializando ilegalmente la carne de tortuga tinglar en Barahona. En Pedernales se procesó a una persona por matar una tortuga.
La sanción estipulada que podría enfrentar una persona por comercialización, matanza y recolección de huevos de la tortuga tinglar consiste en 1 a 100 salarios mínimos.